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jueves, enero 08, 2004

Alone in the darkest darkness ever 

Él vuelve, se va, se vuelve a volver, a ir... y yo como una idiota, idas y venidas, dimes, diretes, toquetes, llamadetes y lloriqueadas. Celosía, paranoia, idiotización babeante cuando dos líneas de mail cruzan mis ojos y dicen "seguís con dolor de garganta? cuándo te curás? cuándo nos vemos?".
Y otra vez se va. Pero a mí no me jode. Yo me voy también, al campo, al sol y a la vida sana, libre de muchachitos rondadores de cerebros. Pergamino, cuna de los ninfos silvestres más atrayentes de Buenos Aires, me espera con los brazos abiertos y un par de daiquiris. God knows I'll enjoy it. I know he would.

Tonight's song: Bye bye, Black Bird - Miles and John. Best served with: Sonreír quedamente y vagar con la mente.

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