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jueves, agosto 26, 2004

Perder de mano 

Una partida de poker jugada por expertos. Todos sospechan la mano del otro pero nadie se atreve a aseverar. No es sano, la intriga es más divertida, y la certeza sólo existe para matar a guadañazos limpios al interés. La apuesta es alta: aquí, señores, se juega a todo o nada. Confianza total y respeto absoluto, o boludeo inverosímil y dagas en la espalda. Place your bets, lady and gentleman. No se confíen en la cara del oponente, es engañador por naturaleza: la naturaleza de su juego.
Como si nada, como quien no quiere la cosa, van cayendo las fichas del cielo. Como copos de nieve afilados, que parten cráneos e introducen el germen de una idea que ya estaba ahí to begin with: mentira. Pura, vil, sólida, incandescente. Lo sabían desde que empezaron a jugar, y aún así siguieron jugando, arriesgaron todo, y ahora mírense.

Él con las manos llenas de vaya a saber qué considera ganancia, si hizo lo mismo que hace siempre. Ella, con los bolsillos vacíos, la cabeza gacha y el corazón hipotecado. La próxima vez tengo que aprender a contar las cartas.

Tonight's song: The great pretender - The Platters. Best served with: ¿viste cuando se dice "me la veía venir" y sin embargo no hacés nada? ¿Como si viniera un tren con la luz que encandila y vos como un ciervito asustado no te corrés? Bueno, así.

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