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lunes, febrero 21, 2005

Estratégicamente 

Le descubrí el juego. Ya no me pongo exultante porque me confía sus pequeños reveses de la vida. Sé que es todo parte de una maquiavélica estrategia para que piense que cuento con su confianza, que soy su pequeño paño de lágrimas a domicilio. Quizás también lo haga para tener un poco de empatía in return, un consejo devuelvo como bofetada a todos los que me propinó la semana pasada.

O, puede ser, por qué no, que también sea un devoto adepto a la cultura de la miseria, pero con reservas. Las saca a relucir sólo cuando espera un rédito sentimentaloide y arrastrado de mi parte. Me gusta que me cuente sus dramas, pero fue poco sutil que me los entremezclara, descuidadamente, con una breve sinopsis de lo fea que se va poniendo su relación con la chica 10. Qué casualidad, me vuelvo vulnerable y de paso te comento que con mi novia está todo mal, de seguro estaré necesitando consuelo físico pronto, así que tu inconsciente acuse recibo y se vaya preparando.

The thing is, no me alcanza con ser tu paño de lágrimas, y estoy en condiciones de afirmar que te prefiero como confidente y amigo, como una buena charla de medianoche en el balcón, brisa fresca y mate con limón. The plot thickens, Mariana se desayuna con grandes verdades universales sobre las relaciones humanas y puede discernir entre el cariño desinteresado de alguien que firma "te quiere" con alguien que realmente lo siente.

Moving on, people, moving on.

Tonight's song: Beautiful Day - U2. Best served with: pararse en el De Gaulle a ver pasar aviones por tu panza.

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